.::Ocio::.

Pasaba la tarde en casa, aburrida, sin nada que hacer, sólo escuchando algunas piezas de piano de artistas variados, le daban un toque de melancolía a mi estado. Erek había salido, últimamente estaba fuera de casa mucho tiempo, algún día lo acompañaría pero no había tenido muchos encuentros con él. Sólo esperaba que estuviera bien, aunque no parecía ser de esas hermanas melosas con sus hermanos, lo amaba como tal, sin llegar a esos extremos, es por eso que me preocupaba su estado. Solíamos ser confidentes en todas las ocasiones pero últimamente estábamos distantes.

-Um...¡Qué aburrición! Ójala hubiera pasado a comprar ese libro que he querido desde hace un mes, no importaba gastar toda mi mesada, pero...soy tan floja...- me senté en el sillón de tonos azulados que había en mi cuarto y me dedique a recordar cosas. Recordé a Aaron, sin saber porqué, sólo me acordé de él y que es de los poco chicos, si no es que el único que ha logrado entretenerme sin llegar a llevarle la corriente por que sus temas de conversación me parecen monótonos, como la mayoría de los muchachos.

Casi dormitaba en el sillón cuando escuché una voz muy familiar, la de Aaron, se me fue en un instante el sueño y me sonrojé un poco al verlo parado cerca de la ventana. No supe qué decir inmediatamente, así que sólo me levanté con cuidado del sofá para evitar hacerle pensar al muchacho que me había sorprendido. Y como siempre...una pequeña riña comenzada por mí se presenciaba, siempre me negaba a hacerle demostrar a Aaron que en realidad me gustaba.

-¡Aaron! ¿Cómo osas entrar así?- sabía que mis mejillas estaban sonrojadas un poco -Uh...- me calmé al ver entre sus brazos el libro de aquella librería que había anhelado desde hacía un tiempo.

Vi el libro y lo miré a él, vaya que siempre me sorprendía, pero yo era demasiado caprichosa para confesarme, soy una cobarde, lo sé, algún día entenderé eso, espero...

No dije nada ante sus intenciones, a decir verdad estaba aburrida y quería salir, así que me resigne a aferrarme a él, tratando de relajarme para no sonrojarme más de lo que estaba, él era tan cálido, me gustaba mucho. Sabía que papá me mataría por escapar así de casa pero no me importaba, correr riesgos siempre fue mi ideal.

"Time waits for no one" leí una vez en algún libro y yo no planeaba desaprovechar oportunidades en esta vida.

-Me matarán por esto, lo sabes- dije mientras descendíamos de mi cuarto -Siempre contra la autoridad Aaron...- iba a terminar con un "me gusta" pero no lo hice, preferí quedármelo, no entendía por qué era tan cobarde, quizá debería preguntarle a Erek al respecto, pero...él es más tímido que yo...bueno, suele dar buenos consejos.

-Y dime ¿A dónde iremos, mi vasallo?- dije con un tono de burla.

-Oh vaya, ya era hora- dije con una sonrisa algo maliciosa, no solía hacerlo, de hecho él la única persona ajena a mi familia para la que sonreía. Me acomodé un poco la falda y sacudí un ligero polvo que provocó la caída de Aaron.

-Bien, vasallo mío, desearía ir a donde usted desee, sé que me sorprenderá como lo acaba de lograr hace rato en mi alcoba- mencioné con un tono algo arrogante y desviando ligeramente mi mirada hacia otro lado. -En lo que piensa su respuesta salgamos de aquí porque si mi noble padre nos ve hará alguna escena- tomé de la mano al joven mientras rodeaba la casa por el patio trasero hasta salir por los matorrales. Volteé asegurándome de que nadie, es decir mi padre, nos estuviera viendo y logré captar la imagen de mi madre observándome y dándome una sonrisa a la vez que hacia un ademán de despedida. Esa confidencia de mamá siempre me tranquilizaba, estaba segura de que no diría nada.

Caminamos un buen trecho, entre tanto pensaba en Aaron, hacía mucho tiempo que le conocía, mi madre y la suya, mejores amigas, ¿Qué podría estar mal? Él, el unico chico capaz de hacerme sonrojar a tal grado pero tengo miedo, miedo de lastimarlo ya que sé que soy una caprichosa y también... Una cobarde. Por eso no me he confesado y si él lo hace, ¿Qué responderé? ¿Si? ¿No? No lo sé, me gusta lo sé, pero ¿Cómo diferenciar un capricho y un amor verdadero? Aún así...no podría saberlo más que una manera. Mi mente se distrajo cuando llegamos a un lugar muy familiar.

-¡Je! Si, lo recuerdo perfectamente Aaron...- dije un poco melancólica mientras observaba el caer de las flores. Mientras veía Aaron hizo que quedara muy cerca de él, me sonroje y repitió la misma pregunta a la que respondí afirmativamente. Recordé ese día, hace tres años cuando en verdad lo conocí, nunca había visto al hijo de la tía Alice, sólo a Lily y mamá siempre preguntaba por Aaron, por eso supe que era un chico al que le gustaba la soledad, como a mí. Pero nunca tuve el placer de conocerle hasta ese día en que fui salvada por un joven mago que resulto ser, ese misterioso muchacho, hijo de la mejor amiga de mamá.

Me sonrojé por su cumplido, siempre tan delicado, sin presiones, no sabía lo que sentía, nunca antes lo había experimentado -¿Encerio?- dije con una sonrisa. Era una escena, de esas que veía constantemente en las películas, en donde sólo los efectos especiales daban esa atmósfera irreal.

-Gracias Aaron, son buenos recuerdos todos los que hay en este lugar, sobre todo por que son unos de los mejores de mi actual vida- con mis vectores jugueteé con los pétalos, es como si hiciera magia, fraudulenta, claro, pero no todos podían admirar el truco detrás de ello.

La invoación había fallado de nuevo trayendo consigo una especie de sombra con una armadura extraña, era fuerte, varios cortes se podían apreciar en mi rostro y ropa. -Mierda...- Musité para mi mismo mientras corría por el parque. No podía observar a la criatura, al parecer había desaparecido por los alrededores, posiblemente atacaría a alguien si no la detenía.

A lo lejos, había una pareja me acerque caminando jadeando un poco por haber corrido y, en ese momento apareció a lo lejos la sombra, rapidamente saque el mango de mi espada y use mi elemento de aire para crear una hoja afilada. -También si un petalo callera en el filo terminaría hecho pedazos.- Dijé para mi mismo corriendo rapidamente a donde estaba esa cosa.

-No te escaparas maldito!.- Grite mientras lo observe moverse, pasé enseguida de la pareja que se encontraba ahí y terminé acorralando a la sombra. -muere...- Agite mi arma creando un pequeño tornado que terminó destruyendo por completo la armadura de aquella sombra. -Ufff, estas cosas no dejan de aparecer.- Guardé mi arma y me giré a la pareja. - Disculpen, culpa mia, jeje. - Sonreí y observe a la chica bien inclinando mi rostro un poco... -Te pareces un poco....- Calle al momento de recordar que no podía mencionar nada sobre aquello. -¿Están bien?- Sonreí esperando respuesta.

Aaron me tomó del mentón y podía observar sus ojos, me quedé viéndolos un rato, sonrió, él casi nunca hacia eso. Nuestros labios se rozaron y me dio un beso, cerré un poco los ojos, mi corazón latía muy rápido pero no tenía claros mis sentimientos, no sabía si corrresponder o no, mis caprichos me confundían y si no quería lastimar a alguien, sería a Aaron -Aaron yo...- dije concluyendo aquel beso, pero algo irrumpió el momento. Un invocador luchando contra una sombra extraña, jalé a Aaron un poco hacia atrás para evitar daños, después de que hizo desaparecer esa cosa habló y su pregunta me dejó duda -Estamos bien, gracias. Pero respecto a tu pregunta, ¿A quién me parezco?- dije seria. Aunque mi mente también se encargaba de lo de Aaron y mi respuesta.

Me puse nervioso con la pregunta de la chica y sonriendo y negando con los brazos le observe. -No, a nadie importante.- Sonreí y me lleve la mano a la nuca. Sin duda se parecía a la diclonius que se escapo hace tiempo... Hakuma Kirara, decía aquel documento, de pequeño estaba enamorado de aquella imagen donde sonreía aquella chica... Seguro es mayor que yo...

Me quede sumergido en mis pensamientos con la mirada hacia lo bajo. -No es nadie...- Dije casi susurrando pero estaba seguro de que me habían escuchado. -Aquellas sombras estan apareciendo por todos lados, tengan cuidado.- Acomodé mi saco mientras les sonreía a los dos, quizá molestaba en un momento algo importante.

De pronto el chico comenzó a traer a una bestia con el, una hermosa ave phoenix, pero pornto recordé que eso era malo y rapidamente coloque mis manos en el suelo. -Invocación numero 3!.- Una ave azul que desprendia algo de frio a su alrededor voló junto al phoenix y apagaba las llamas que saltaban a los arboles. -¿idiota, como se te ocurre aparecer una ave phoenix en un parque?- Había enojo en su mirada.

Aquel chico se me quedaba viendo de una manera muy extraña, hizo que me sonrojara y a leguas notaba los celos de Aaron, tanto así que logró involucrar a Lily, pero además agregó a mi hermano, ese Erek, siempre metiéndose en problemas, aunque yo no me quedaba atrás, me angustié por él. Quería ir a donde estaba pero no sabía qué clase de criaturas eran esas que estaban merodeando, nunca las había visto ni había escuchado hablar de ellas.

-Te acompaño- dije a Aaron, aunque no sabía si ese muchacho quisiera venir también, al parecer él si sabía cómo derrotarlas, serviría de ayuda -¿Vienes tú también?- miré de reojo al chico nuevo un poco sonrojada pues su mirada fijada en mí me intrigaba, no era muy discreto y además se veía algo torpe en lo que no fueran las peleas.

Admiraba a sus aves, ambas hermosas, nunca había visto unas aves tan fantásticas como esos phoenix. Acomodé mi falda un poco pues había recogido algo de polvo provocado por aquella criatura desconocida.

¿saber lo que hace? el árbol que se estaba incendiando no opinaba lo mismo... Sonreí, intentaba disimular mi mirada en la chica pero sería tonto el pensar que no se daba cuenta. Debido a la naturaleza de invocador que tenía podía sentir cuando otras criaturas aparecían cerca, 8 en total, pero no eran mas que sombras. -Bien hecho amiga.- Sonreí a la linda ave color azul cielo que desaparecía en un circulo luminoso en el suelo.

Pronto empezaron los chicos a hablar de cosas que no sabía y probablemente ni siquiera me importarían, iba a comenzar a caminar cuando la chica preguntó si les acompañaba. Me quedé pensando un poco, llevando mi dedo indice a mi nariz rozándola un poco. -De acuerdo, en parte es culpa mía que estén apareciendo.- Sonreí observando el cielo para después comenzar a caminar detras del chico, que, al parecer estaba algo apresurado. Pronto hizo algunos movimientos mientras permanecía detrás junto con la chica. - A tu novio le gusta parecer genial al parecer, no hay necesidad de hacer todo lo que el hace.- Reí un poco mientras llevaba mis manos detras de mi cabeza. - Es como si quisiera verse genial para "asombrarnos" - La ultima palabra hizó que hiciera un gesto con mis dedos. - Qué mas da, así somos algunos hombres.- Sonreí y después extendí mis manos y toque el suelo. -!Invocación 2!.- Pronto apareció un elemental de aire, con eso bastaría para derrotar a los otros. -Encargate de las otras sombras, por favor.- Sonreí a la criatura pues mas que invocaciones, eran mis amigos.

Mi mirada se centro de nuevo en la chica... Era idéntica a aquella imagen que tenían... Hablar sobre esto podría ser peligroso, tengo que mantenerlo en secreto para mi mismo...

Aaron comenzó a adelantarse y yo caminaba junto al nuevo muchacho escuchándolo -¿Cómo que es "en parte culpa tuya"?- lo miré de reojo, el chico parecía muy amable pero no dejaría de lado su inquietante mirada, quizá si tengo una oportunidad puedo amenazarlo para que me diga que se trae entre manos, no se ve muy peligroso... Aparentemente. Luego hizo su comentario sobre Aaron, mencionando la palabra novio, me sonrojé un poco más de lo que estaba y agaché la mirada para que mi flequillo cubriera un poco mi rostro, no era mi novio, estaba confundida sobre él -No es mi novio- dije murmurando pero lo suficiente para que él escuchara -Y así es él, aún así no le veo problema, al menos siempre lo hace bien, me han tocado casos desastrosos- reí sarcásticamente, sólo un poco, no solía hablar mucho y mucho menos expresar lo que en verdad sentía pero recordar a todos aquellos muchachos me hacía reír.

Observé su siguiente invocación, un ave muy hermosa -Son hermosas todas- murmuré igual, fijando mi vista al ascenso del ave, su revoloteo hizo alzar viento que jugaba y alborotaba nuestro cabello y por primera vez, en ese día, sonreí de verdad. Admiraba a los invocadores y a todos en general pero yo sólo era una ninja aprendiz que salía de control con un poco de sangre matando todo a su alrededor, bajé un poco mi mirada, tengo entendido que eso lo heredé de mamá y no lo odio, es más, admiro que con eso pudiera salir adelante, es por eso que yo tengo esperanza.

-El 18 era su numero.- Sin darme cuenta había pensado en voz alta. -Maldición.- Si ella estaba relacionada con la chica del C.I probablemente pensaría que yo soy algún agente de ese lugar.

Mi elemental llego, en su forma de tornado habían varias armaduras de las de aquellas bestias, sonreí al verle regresar. -Bien hecho amigo.- dije y desapareció en el suelo dejando las armaduras tiradas en el suelo. -Los portales... Estan en actividad de nuevo...- Dije casi susurrando y tomando uno de los pedazos de armadura que se quedaban en el suelo. -Probablemente si sus hermanos fueron atacados por estas cosas, esten a punto de acceder a un portal o ya estén en otra dimensión.- Mis padres me habían enseñado todo acerca de los portales, nunca mencionaron nombres, solo se referían a ellos de esa manera.

-Vamos al faro, es el portal mas accesible de momento.- Fije mi mirada en la chica, y cada vez que la veía podía observar el rostro de la chica de la foto... -No les haré el mal trio, así que me adelanto.- Sonreí y me aleje un poco de ellos hacía atrás. -¡Invocación 10!- Un fuerte aire se expandió por el lugar y un gran hipogrifo apareció del suelo y me acerqué montando en el. -No tarden mucho.- Sonreí y de pronto se me ocurrió algo. -Quizá no quieran caminar tanto, ¿quieren venir conmigo?- Sonreí, montado en mi amigo y acariciandole levemente.

-Número...- pero antes de haber recordado ese número y el tatuaje de mamá, el muchacho ya había alzado el vuelo -¡Hey, baja de nuevo!- grité inmediatamente -¡Quiero que me digas que quieres decir con ese número!- grité lo más que podía.

Esperando su respuesta miré a Aaron -Aaron, ese muchacho sabe cosas de mi madre, quiero saber qué es- mencioné algo preocupada, de repente apareció uno de los guardianes de la familia de Aaron, se me figuraban como una aristocracia, yo había visitado su casa una vez y era como un palacio, me sentía muy pequeña, escuché la conversación de Aaron y el servant en lo que veía al muchacho nuevo volando en el cielo, me molesté un poco por no haber obtenido una respuesta inmediata.

-Aaron, pero ¿Y Erek? Debo vigilar que este bien, además, soy la mayor por desgracia, no puedo dejar que se meta en problemas- dije.

Levanté el vuelo de inmediato, al parecer había escuchado sobre el numero, sera mejor irme de este lugar podría resultar en alguna tragedia. -Nos veremos algún día.- Sonreí a la chica y empecé a volar mas arriba ya nada podía detenerme a una altura como esta. No sabía con exactitud a donde me dirigía, solo estaba seguro que hiciera lo que hiciera a nadie le iba a importar ni siquiera a mis padres, pero siempre tendré en duda la razón por la que no experimentan conmigo a pesar de tener un poder en especial...

Me retiré de ese lugar sin mirar atrás.

Off Roll.