Annette Elizabetha Dracul

Nombre:
Annette Elizabetha Dracul
Edad: 17

Aparenta:17

Genero: Femenino

Descripcion fisica:
Alta, de tes pálida, ojos rojos normalmente cuando libero el poder de mi padre, violetas cuando ambos poderes heredados de mis padres se liberan al mismo tiempo o azul turquesa cuando libero los heredados de mi madre, mi cabello es negro normalmente o violeta en escasos casos, siempre llevo conmigo la espada de mi difunta madre, es una forma de estar junto a ella.

Descripcion psicologica:
Normalmente soy seria de carácter frió y sin sentimientos que me rijan excepto por el odio, la ira entre otros, casi nunca hablo con nadie, la vida me ha llevado a desconfiar de todos e incluso de mi misma.

Historia:
Hija única del rey de los vampiros Vlad III Dracul y de la reina Charlotte Aulin.
Annette Elizabetha Dracul es mi nombre, mi infancia fue muy dura dado que mis padres casi nunca estaban juntos pocas veces por no decir nunca se encontraban los dos en casa, pero siempre pensaba que tenía que ser fuerte pues ellos tenían compromisos demasiado grandes, mi madre debía de hacerse cargo de todo lo que había quedado pendiente años atrás cuando sus padres murieron, y mi padre siempre estaba viajando de un lado a otro, se encargaba de limpiar el nombre de nuestra raza el cual lo había manchado su antigua esposa.
Siempre estaba sola en ocasiones viajaba con mi madre otras veces con mi padre, pero normalmente me quedaba en el castillo esperando a que alguno regresara.

A mis cuatro años comenzaba mis entrenamientos, normalmente me instruía mi madre cuando se encontraba en casa pero la mayoría de las veces debía entrenar sola o acompañada de Lamia o Gekkosshou ambos animales demoniacos y fieles servidores de mis padres.

Pero la peor tragedia ocurrió al cumplir mis cinco años, igual que siempre estaba sola en el castillo esperaba a que mis padres llegaran de su viaje, esta vez se habían ido juntos, eran las 8:00 P.M y ellos aun no llegaban, me había quedado dormida pero unos extraños ruidos me despertaron haciendo que buscara de donde provenían así que salí de mi cuarto, el aire estaba impregnado con el olor de la sangre, mas no sentía presencia alguna bajaba lentamente por las escaleras que daban al pasillo que conecta con diferentes partes del castillo, caminaba cuidadosamente revisando cada habitación no encontraba nada ni un rastro de alguno de los sirvientes del castillo, o de los animales demoniacos, entonces descubrí que estaba sola, una sensación extraña recorrió mi cuerpo y recordé que alguna vez me habían hablado de eso le decían miedo y creo que yo tenía mucho puesto que mi cuerpo no paraba de temblar, la ultima habitación que me faltaba era la cocina mientras más me acercaba me daba cuenta que la luz estaba encendida, por un momento me pare en seco deseaba volver a mi habitación y fingir que no vi nada pero si alguien necesitaba mi ayuda nunca me perdonaría mi cobardía, así que me arme de valor me acerque más a la cocina tome el picaporte y abrí la puerta un poco solo para asomar mi cabeza nunca podre olvidar lo que vi, ahí estaban los cuerpos de los empleados bañados en sangre y otros estaban totalmente desmembrados en mi vida había visto tal manera de tortura a un cuerpo, me había quedado observando todo me daba un poco de miedo, al mismo tiempo me llamaba la atención pero un sonido me saco de mi mundo al parecer se había caído una de las copas asome un poco mas mi cabeza y pude ver como un licántropo mordía un brazo desgarrando una gran parte de piel junto con los tejidos, aun que el olor de la sangre me fuera apetecible ver a ese ser descontrolado me daba nauseas, la forma en que engullía como se manchaba totalmente de ese liquido carmín todo su rostro era algo repugnante, me encontraba demasiado intrigada en la escena delante de mí el licántropo aun no me detectaba.


Pasaron los minutos tan lentamente que se figuraban horas, más que nada deseaba que mis padres llegaran, tenia tanto miedo que si intentaba moverme tropezaría con la mesa que estaba a un lado de mí, respiraba entrecortadamente y el desorden en la cocina deja de sonar, me puse aun más nerviosa, comencé a caminar hacia atrás lentamente y sin fijarme en una mesa tropecé con ella un jarrón que se encontraba arriba de ella cayo rompiéndose en mil pedazos.
Corrí una y otra vez al ver que la bestia salía de la cocina al caerse el jarrón me perseguía por todo el castillo, de mis ojos caían lagrimas sabía que si ese ser me alcanzaba me mataría, comencé a subir las escaleras y se me hacían eternas.
Casi al subir las escaleras me caí y cuando comencé a ponerme de pie sentí como el licántropo me jalaba de la pierna intentaba sostenerme de los barrotes que estaban a los costados de las escaleras, mis gritos se oían por todo el castillo, estaba aterrada dentro de poco moriría y no había nadie para ayudarme.

Levanto su gran brazo que era finalizado por una grandísima garra, y cuando estaba por enterrármela algo lo aventó bruscamente, instantáneamente cerré mis ojos, solo podía oír los gruñidos que ambos seres producían al atacarse mutuamente; entre toda la conmoción no me había dado cuanta de los cálidos brazos que me rodeaban, comencé a abrir mis ojos y subiendo la mirada pude reconocer esos ojos azul turquesa que me miraban preocupados.

-¡Mama¡-gritaba entre llantos una y otra vez, me aferraba a ella no deseaba que se separara de mi, sin ella me sentía sola e indefensa.

-Ya querida, todo está bien, no te preocupes Gekkosshou matara a ese licántropo-me abrazo más fuerte y me acaricio mi mejilla.
-Annette, debes esperar aquí, iré a revisar cómo va la pelea-iba a soltarme pero yo me aferre mas a ella.
-Mama por favor no me dejes tengo miedo-decía entre lagrimas.
-Hija querida, tranquilízate, debo ir Gekkosshou está débil, tiene una herida muy grave, además tu padre pronto llegara, el se quedo en la ciudad pero estará por llegar, mi niña por favor espera aquí-
Mi madre se puso de pie, comenzó a caminar rápido hacia el pasillo que daba a la derecha hasta perderse en la oscuridad, pasaron los minutos y poco después llego mi padre, me pregunto qué había pasado le conté todo, invoco a Lamia dejándolo junto a mí, comenzó a caminar hacia donde mi madre había ido y cuando iba a medio pasillo el lobo de mi madre salió disparado hacia el y detrás del cuerpo un hombre alto de cabellos castaños y ojos sin alma ni sentimientos, el cual tenía el cuerpo de mi madre en sus brazos, su vestido estaba bañado en sangre y el rostro del hombre también tenía un poco de sangre, veía a mi madre inconsciente y con una marca de mordida en el cuello.


-Hoy en día los licántropos son muy útiles no crees Vlad- el hombre hablo burlonamente y mi padre le veía con ira, enojo, odio y una pisca de miedo, pero lo último era por mama, su mirada estaba dirigida a ella.
-Que haces aquí, tu estas exiliado desde hace 2 siglos-
-Me habían dicho que tu actual esposa era hermosa, deseaba comprobar si sigues con tan buenos gustos y te felicitare es hermosa, además el sabor y olor de su sangre es exquisito, además deseaba conocer a la futura reina la princesa Annette-sonrió arrogantemente.

-Entrégamela y lárgate de este lugar y llévate a tu amigo y prometo no matarte-

-Como digas, pero antes deseo una última probada-se acerco al cuello de mi madre y comenzó a morderla y beber su sangre, mi padre se dirigía hacia ellos con furia.

-No te muevas más o las mato a las dos, tu decide, sabes que ambos están débiles, además ella perdió fuerza aportándole a su lobo para la pelea, volvió a morderla, estaba aterrada de perderla, quedarme sola sin ella, no deseaba llorar pero mi miedo era tanto que comencé a hacerlo.

-Supongo que es suficiente, además esto podría dañar a la pequeña princesa- se alejo del cuello de mi madre, comenzó a caminar hacia la puerta, al pasar enseguida de nosotros le entrego a mi padre a mi mama y desapareció, comenzamos a caminar hacia la habitación de ellos subiendo las escaleras, al llegar ahí la acostó en la cama tomo su mano apretándola levemente, me acerque hacia mi mama subiendo a la cama, toque su cuello, puede sentir inmediatamente la falta de sangre en su cuerpo.

-Papa, sálvala no deseo que muera - me aferraba a ella.
-La herida de su estomago es demasiado grande, además le quito mucha energía cuando bebió su sangre, lo mejor será que te vayas a Inglaterra con tu bisabuela Elizabetha la abuela de tu madre, en lo que yo resuelvo todo esto-
-No padre yo deseo quedarme aquí con ustedes, pero que no se supone que los vampiros somos inmortales-
-En casos como este que quedan demasiado heridos, los tenemos que llevar a la corte infernal y ahí decidirán qué hacer con ellos-
-pero ella es la reina-
-Eso no importa, la corte rige nuestra vida, un día te explicare el por qué-
Al día siguiente partí hacia Inglaterra con la bisabuela , dos semanas mi padre regreso por mí, venia solo, sin mi madre, desde ese día en mi quinto cumpleaños jure que mataría a cada licántropo que se cruzara por mi camino, mas tarde se descubrió que unos magos o hechiceros le habían ayudado a ese hombre a entrar al castillo, tres años después Gekkosshou despertó gracias a mi, ahora él es mi fiel servidor y acompañante en mi pequeña venganza, en cuanto a mi padre el no se ha vuelto a casar y algo me dice que espera a alguien.


Gustos y disgustos:
Odio a los licántropos, me gustan muy pocas cosas, solo me gusta observar los Carpatos en mi amado hogar Rumanía.

Datos extra: mi fiel acompañante es un lobo demoníaco llamado Gekkosshou, anterior servido de mi madre.




Gekkosshou

Ficha Aceptada. Ya firmaste las reglas asi que... Diviertete!

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